(OAXACA) La raíz etimológica del nombre es náhuatl. Metl (maguey) y ixcalli (cocido). Nacido de tierras legendarias, a partir de procesos iniciados por los zapotecas y refinado por los oficios de los vitivinicultores llegados de España, hoy es símbolo de fiesta y de las identidades oaxaqueña y mexicana Pero además de la comida, otro elemento imprescindible es la bebida. Años de experimentar llevaron a los habitantes originarios de estas tierras a fermentar el jugo de los agaves. En la zona sur del país, el agave nativo, y la forma de prepararlo dio origen al mezcal. La conquista española le añadió dos elementos desconocidos en estas tierras: la destilación y el embotellado. El alambique refinó el sabor del zumo y la botella permitía conservarlo en un ambiente libre de agentes tóxicos por una cantidad considerable de tiempo. Hoy constituye una muestra representativa de las pequeñas industrias oaxaqueñas. Sus productos se difunden por toda nuestra geografía y se exportan a varios países. Según su refinación, hay mezcales para mesas de cualquier gusto y presupuesto. Sin lugar a dudas, al viajar a Oaxaca, una botella de éste licor será una opción al pensar en los regalos para llevar a casa. Ya sea blanco, añejo o reposado. ¡A su salud! FUENTE: EL UNIVERSAL
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