lunes, 27 de agosto de 2007

El amaranto

Cuando hablamos del amaranto, siempre nos referimos a sus propiedades de valor nutricional,pero resulta que no solo es eso lo que llama la atención de tan peculiar planta.
Posee una gran belleza tanto por sus hojas de brillante color verde, por sus espigas, también de vivos colores, que ofrecían siempre tan bello espectáculo, en la campiña de Mesoamérica, que todos los pobladores la consideraban como una planta sagrada.
Tomando en cuenta esta idea, en las fechas del calendario azteca,que señalaba grandes ceremonias, el amaranto siempre estaba presente.Las mujeres cosechaban las pequeñas semillas de las espigas, las molian y las mezclaban con sangre humana o miel de maguey, haciendo con esta mezcla una pasta con la que formaban figuras de serpientes,aves,dioses,etc. y se las comían durante las ceremonias con gran devoción enlazando su pensamiento al de los dioses.
A la llegada de los españoles, este acto los escandalizaría y seria pohibido por considerarse sacrílega y de inmediato de prohibiría el cultivo de la planta.
Los aztecas desde la prehispania estaban concientes de las propiedes alimenticias del amaranto. A tal grado llegaba el precio de las pequeñas semillas,que formaban parte de los tributos que se tenian que pagar a la gran tenochtitlan,llegando a juntar hasta 20 mil toneladas de los mismos con la contribución de 27 provincias.

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